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No hay nada imposible, porque los sueños de ayer son las esperanzas de hoy y pueden convertirse en realidad mañana.
Siempre que me siento pesimista por cómo está el mundo, pienso en la puerta de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinión general da a entender que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero yo no lo entiendo así. A mí me parece que el amor está en todas partes. A menudo no es especialmente decoroso ni tiene interés periodístico pero siempre está ahí. Padres e hijos, madres e hijas, maridos y esposas, novios, novias, viejos amigos... Cuando los aviones se estrellaron contra las torres gemelas, que yo sepa, ninguna de las llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de odio y venganza. Todas fueron mensajes de amor. Si lo buscarais, tengo la extraña sensación de que descubriríais que el amor en realidad, está en todas partes.
Y a estos, como ya te he dicho muchas veces, le vamos a sumar 40 más, mínimo.
Alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos.
Que me rompa las medias con la boca, y luego me compre otras.
Que me haga el amor contra la pared y se meta conmigo en la bañera.
Que se pierda conmigo para después rescatarme de laberintos sin sentido.
Que saque la espada y me defienda de víboras y pirañas.
Alguien que cosa disfraces a mis días malos y los convierta en buenos.
Que no se enfade si no me entiende, si no me entiendo y lo mareo.
Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer.
Que no dé por hecho que siempre voy a estar ahí, pero que tampoco lo dude…
Que no me haga sufrir porque sí, pero que no me venda amor eterno manoseado.
Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano.
Que no me compre con regalos, pero que tenga mil detalles de papel.
Alguien con el que me pase las horas charlando sin llegar al aburrimiento.
Que no le guste verme llorar y me haga reír hasta cuando no tengo ganas.
Que de vez en cuando decida perseguirme en los bares y conocerme otra vez.
Que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio.
Alguien que esté loco por mi, y que no me lo diga solo los días de resaca.
Alguien que no me prometa futuros que me dará y sea el día de hoy lo más importante.
Alguien que me eche de menos antes de haberme ido.
Que si se pone animal, sea solo en la cama, y me mate a besos por la mañana.
Que no se acostumbre a mí y no deje de inventar nombres nuevos para despertarme.
Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de hojalata…
Alguien que esté dispuesto a intentarlo.
Pero sobre todo…
Alguien que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.
Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico...¡Qué gozada! Era lo mejor del mundo.
Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que el costo, coca, crack, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, LSD, éxtasis.
Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, una orgía, una paja, el sexo tántrico, el Kama Sutra, las bolas chinas...
Mejor que la nocilla y los batidos de plátano, mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del milenio.
Mejor que los andares de Emma Peel, Marilyn, la Pitufina, que Lara Croft, Naomi Campbell y que el lunar de Cindy Crawford.
Mejor que la cara B de "Abbey Road" , que los solos de Hendrix, mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la luna, el Space Mountain, Papá Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson.
Mejor que Woodstock y las naves mas orgásmicas, mejor que los excesos del Marqués de Sade, Riambaud, Morrison y Castaneda.
Mejor que la libertad. Mejor que la vida.
¿Capaz o incapaz?